DANI, NURIA Y EZEQUIEL


1985, cuando viviamos en Reus, en una "masía museo" en Salou, con su madre,  Nuria (2 y 35 años)


Cuando vió al hombre regando el Dani quiso beber...




En la isla de S'Arenella de Cadaqués, con su padre, Ezequiel

una canción... (Escaleras al cielo)

BOMBONES CON GUINDA
Vilanova, 3 de diciembre 2019

Ayer me pegué un pasote de bombones rellenos de guinda al licor, y de cada bombón salía la manita de mi hijo pequeño regalándome esa guinda –tesoro que se esconde dentro del chocolate. Sí. Mi Dani cuando era mediano, muchas veces me regalaba una cajita de Mon Cherie; estaban a su alcance y yo los recibía con gran alegría y cariño. Es que nos queríamos tanto... tanto que cuando se hizo adolescente ese cariño seguía existiendo (aunque sin ser melosos, claro). ¡Cuántas veces oí de sus amigos que les gustaría que sus madres fueran como yo! No sé qué debía de tener entonces yo, quizás un punto (o puntazo) de Peter Pan, y un puntito de hada.
En esa época aún no hacía espeleología, pero siempre (como ahora) iba en bici a todas partes.
Unos años trabajé de cartera (pero no de correos) y después de clasificar las cartas en casa, salía a repartir por el barri de Mar, que era mi zona.
Y resulta que...
LA CARTERA FADA DEL CLUB SUPER TRES
Muchas veces me tocaba repartir las ABULTADAS cartas del club Súper Tres. Y yo, para que nadie se las robara del buzón, pues eran grandes, apetitosas y coloridas, llamaba niño por niño por el interfono, y bajaban con un mayor y se las entregaba personalmente.
No veas los gritos de alegría que salían del telefonillo. Empecé a ser conocida como “la cartera fada del súper3”. Ellos contentos y yo quizás aún más contenta, porque es cierto que es aun más feliz el que da que el que recibe.
Esos niños ahora tendrán de 25 a 40 años. No creo que se acuerden de mí, pero yo sí que me sigo acordando de toda esa época tan feliz.

EL DANI NO QUERÍA SALIR
Hubo una época, cuando ya vivíamos aquí en “La Esmeralda” (mi barrio de Vilanova) , el Dani empezó a notar el “apertheid”. Ningún niño (menos 2) tenía permiso para venir a nuestra casa. Estábamos muy mal vistos. A mí me dolía cantidad. Pero ví que la solución es que “él” saliera, que para eso me había mudado a un barrio con 4 plazoletas seguidas y un parque llenos de niños. Y así Ezequiel y yo empezamos a obligarlo a salir, a dejar los lápices por un rato y bajar a la plaza. Yo lo observaba desde la ventana, solo, en un rincón, pero poco a poco fue empezando a relacionarse. (Más de mayor me contó que se había sacado el mote de jipi a hostias).
Un día, muy contento, (pero muy, muy contento) me dijo que SE IBA CON SU PANDILLA.
A mí también se me subió el corazón al cielo.
Y con su pandilla vivió largos tiempos muy felices, se habían hecho una casa en un árbol de un bosquecillo cercano, y muchísimas cosas más que no me contaría, pero creo que todo bueno, legal y nada peligroso. Bueno, lo de tirarse al mar desde una roca bien alta todos los chicos lo han hecho, si tienen una roca alta para tirarse.
Iba siempre con su gorra y su monopatín, como de más mayor iba con su larga melena y su palo de malabares.
UN MOMENTO MÁGICO
Un momento mágico que quedó grabado en oro y fuego en mi alma fue cuando cogió mi guitarra y me cantó una canción cual juglar de Rivendel. Una canción que solo escuché esa única vez. La cantó con lentitud, en voz baja y afinada, con pocas notas pero bien tocadas.
Yo no tenía ni idea de que sabía tocar ni cantar. Tendría unos 17 años. Así era el Dani.


dani y su padre Ezequiel

Con Ezequiel en Vilanova

una canción... (Ojalá estuvieras aquí)

 


Delante de la platja Confitera de Cadaqués


En Vilanova + o - a los 8 años


Dibujo de Dani, los 8 años


A partir de aqui no hay mas fotos de Ezequiel pues le tocó dejar este mundo cuando Dani tenía 8 años.


Un día feliz en Port Aventura


Dibujo de Dani, 1998, 16 años


17 años en Vilanova



Una vez paseaba por un bosque de olivos encantados,
me encontré con hada muy enrollada
y nos hicimos juntos esta foto.
Para el hada violeta..
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