Hola Nuria, una vez más muy contento de poderte escribir.
Han habido travesías duras ratos, pero esta ha salido con éxito por los pelos.
Bueno, a ver que cuento desde la salida de Tailandia, el día 7 de enero.
Al final, como te dije en el ultimo mail, obtuve la visa pa la India, y nada mas enviarte el mail, volví al H.E. Y a salir.
Con buena mar se alejo la península de Phuket cuando ya se estaba oscureciendo, ya paso un año desde que llegue en estas regiones, bueno, alternando con las navegaciones hacia Langkawi, el golfo de Tailandia y la última hacia Borneo otra vez.

Ya sabia, que Asia no es lo que es el Pacifico, pero también he podido disfrutar de muchos momentos y sitios bonitos.
Pero que ilusión de volver a empezar a moverse.
Bueno, ilusiones pueden haber, pero luego toco de hacer las 1500 millas, hacia el puerto de Cochin, en el sur de la India, 400 millas más, después de rodear la isla de Sri Lanka.
Dos días disfruté de una navegación cómoda, después, como había que salir con la luna creciente, se incrementó bastante el viento, aunque el mar no se había levantado todavía.
En una de las rachas fuertes, se fue medio arrancado el soporte del winche de babor.
Tenia que arreglarlo, y aunque es una zona prohibidisima, decidí de hacer una parada de emergencia en las Islas Nicobar, que son de la India.
Con chubascos ya formándose por todas partes, llegué justo antes de la noche a una bahía en el lado protegido.
Lo que había esperado era, que quizás las islas Nicobar eran como una especie de parque natural bien conservado, pero más bien (estaba en la punta más al sur de ellas, en Gran Nicobar) era un sitio algo macabro.
Por toda su franja de playas había enormes árboles, pero todos muertos, por detrás como estanques, y ni un alma en la vista, cosa que agradecía por eso.
No salí por tierra, porque escuché por la radio de onda corta que otros yates habían topado, por su paso entre las islas con barcas patrulleras.
Bueno, como ya empezó la noche y ni un alma, pues a dormir con buena conciencia.
De día hice mi reparación improvisada, 3 tortillas para el camino y a la 5 de la tarde estábamos otra vez en movimiento.
Primero a motor una horita, pero pronto ya fuera del cobijo de Gran Nicobar, se empezó a formar mar y mucho viento.
Suerte que había hecho las tortillas, porque hasta pasado Sri Lanka no conseguí cocinar nunca nada más.
Se convertió en 8 días de balanceo, olas que pegaban con rabia por los dos lados y cada vez más agua que entraba entre la junta de casco y cubierta.
Duro, pero controlable. Estaba muy pendiente de cualquier ruidito nuevo, por que por muy insignificante que a veces pareciera, siempre anunciaba otro pequeño, o no tan pequeño problema o disgusto.

También esta la “autopista” de los grandes cargueros. Es increíble, pero desde Singapur hay una interminable caravana de grandes barcos que van y vienen desde, o hacia el mar Rojo.
Una vez me ví empujado por las corrientes por el medio de ellos, y modifiqué mi rumbo, para al menos no tenerme de preocuparme por el trafico rápido también.
Bien agotado y castigado barco, perra y capitán, conseguí la protección de la isla de Sri Lanka.
Quería sobre todo dormir un poco, pero había demasiado tráfico.
Hay veleros que paran en el Galle, el gran puerto de la isla, pero te clavan más de 200 usas por parar allá, así ni pensar.

Una tarde pasó una cosa muy especial, hasta ahora solo había pescado una barracuda pequeña. Ya tenia ganas de comer algún pez, pero no sacaba nada.
Hay muchos peces voladores por aquí, que normalmente salen disparados hacia los 2 lados delante el velero.
Pues esta vez salían de golpe hacia arriba, abriéndose como fuegos artificiales chinos, abriendose como un paraguas. Me dieron 3 en la cara, si hubiera tenido la boca abierta, me los habría comido en el acto. Bueno, ahora tardaron solo medio minuto pa ser comidos, bien fresquitos y aun moviendo el cuerpo, aunque había ya arrancado sus cabezas.

Bueno, durante la noche y hasta el mediodía siguiente, mientras que había rodeado Sri Lanka, calma chicha y hasta alejándome 35 millas de la costa, a motor.
Sri Lanka te resguarda durante un tiempo de los vientos del monzón del norte-este, después tienes el Golfo de Mannar, que tiene 200 millas de ancho hasta llegar al Sur de la India.
Esa “golfito”de solo 200 millas iba a ser una trampa casi fatal.

Una vez las 35 millas mar a dentro empezó el viento, y poco a poco a formarse mar.
Antes de darse uno cuenta, te encuentras en una “sopa” de lo más movida y amarga que se puede imaginar.
Por las condiciones y la situación, pues, vuelta atrás no se puede hacer.
De pronto tenía olas de 5 a 7 metros, esas dando por el lado estribor, pero con el balanceo del h.e., pegaban también por el lado de babor.

Agua ya no entraba gota a gota, sino ya a chorro vivo, y parte de esa entre la caja de los cables eléctricos.
Había puesto una nueva bomba eléctrica de achique que cada 20 minutos la ponía a bombear agua por un tubo que colgaba hacia fuera.
Vaya infierno, pero empeoró bastante aún.

En una zona, llegado ya el día, ví olas gigantes veniendo por estribor y por un momento, decidí de bajar la primera en vez de arriesgar un impacto de lado, pero antes de que el H.E. cogiera velocidad por su camino hacia por donde se iba la ola gigante, me di cuenta de si esa monstruo llegase a romperse, una vez en el valle de ella, ya podía despedirme de todo si tenia tiempo pa eso.
Así, (aunque a la vez sentía un cosquilleó ,casi fatalista, con la adrenalina que causaba la idea de bajar a 1000 por hora esa ola enorme, rompiendo toda barrera de velocidad que nunca había hecho jamás el H.E.)
(Bueno, eso pasaba en una fracción de momento, por el coco, porque claro, eso no se puede hacer, pero una mínima tentación sí que hubo)
Lo que quería decir. Así antes de coger velocidad giré el H.E. hacia la cresta y la ola paso por debajo el casco sin causar nada de problemas.
Durante unos 35 horas estuve esquivando, no siempre con éxito, esas olas, unas olas enormes, después ya menos de 10 metros.
Parece mentira que uno se puede sentir aliviado de tener “solamente” olas de 8 metros, pero claro, uno se agarra a cada chispa de esperanza de que haya mejora.
Tenía ya el barco cargado con agua potable que busqué en Tailandia, pero decidí de tirar prácticamente todo por la borda pa quitar peso porque la proa pegaba muy ola a dentro en cada impacto, también tenia los bidones de precioso diesel, pero no quería deshacerme de ellos si no era mínimamente evitable, valían valiosas pelas, y los he podido salvar por eso, pero cerca estaba de tirar todo de peso por la borda, la cosa iba en serio.
Era superagotador, ya la veras en las fotos, estaba hecho un viejo (aunque siempre recupero enseguida después de esas pruebas, también se puede ver).
En la cabina he hecho como sabes una cama grande, por debajo de ella hay un montón de trastos guardados.
Pues 2 veces dejo de bombear la bomba de achique y en esa noche movido tenia que apartar todo (¿ a donde?) y sacar la madera del suelo, meterme por la sentina media llena, sacar la bomba, limpiarla de pelos y cosas que la habían hecho embozar y parar y después, a bombear y a rezar para que aguantara, porque si no, pues a comprobar la balsa salvavidas.
Pero no lo creas, siempre en esas situaciones me pongo como tu decías una vez “como un Hacha”.A la vez suelo tiritear una cancioncito simpática y no perder los animos, la palabra “ rendir” no la inventé yo desde luego.
En plena batalla, se petaron los obenques viejos que había hecho servir para soportar los 5 paneles solares que están por encima de la popa.
Así, en vez de estar horizontales como siempre, los tenía verticales, el viento los podía arrancar en cualquier momento.
Así (con el arnés de seguridad puesto claro) con los cabos que pude, tuve una buena batalla con ellos, y los salvé.
Esta semana formaran parte de mi lista de reparaciones.

Una vez pasado todo eso, también vi que parte de la protección del lado del barco, ese listón de madera de teca había sido arrancado por un par de metros. Lastima, porque otra parte de él lo acababa de repararla en Tailandia.

La vela Genova tiene una buena raja y el sikaflex que estaba entre casco y cubierta ha desaparecido en gran parte, así tengo que encontrarlo estos días.
Esta vez voy a instalar mi segunda bomba de achique de repuesto, así en situaciones extremas, pueda seguir funcionando una al menos.
Tantas cosas, por ejemplo, mi rumbo planeado hacia la India no se podía mantener, por vientos y olas. Tampoco podía desviarme hacia las islas Maldivas, por la misma razón. Así apunté a un rumbo lo menos dañoso pa el velero.
Pensé que tarde o temprano podría tener condiciones más favorables, y ya lo sabes; vale más luchar en un terreno con posibilidad de ganar, teniendo paciencia, que ir a ciegas hacia tu destino que podría acabar con tu resistencia y la del barco que es aun más grave. Así pasó, me desvié, y hasta el tercer día no pude remontar hacia tierra India. Eso si, cientos miles, pero quizás millones de barquillas de pesca y hasta 35 millas hacia mar a dentro.

Dormir y comer eran las palabras que se repetían en mi cabeza, hasta hartarme, pero no hay mal que dure eternamente, por eso. Una vez a 15 millas en la parte de la costa India resguardada del fuerte monzón de estos meses, la navegación se convierte en gozar a tope.

De día hay (aparte de una mar bastante plana) un viento hacia la tierra de unos 15 nudos.
Que alivio, y si fuera porque te lo estoy escribiendo ya casi tendría borradas rápidamente las pruebas de las millas anteriores.
Hice una parada en un puertecito, causando la movilización de toda clase de autoridades que nunca habían tenido un velero en su puerto.
Son muy de papeleo (hay montañas de ellos en todas las oficinas que ví hasta ahora), pero después de tragar con buena cara su circo de importancia, todo se quedó bien, y podía quedarme fondeado dentro y todo amabilidad.
Nuria hay como siempre muchos más detalles, pero voy dormir un poquito.

Pero el edificio sube

Mañana iré con mis amigos Finlandeses a la ciudad, que me han dicho que es muy agradable. Será comer relajar y pasarlo bien.
El segundo día empezaré los trabajos para recuperar el H.E. en vistas al próximo tramo.
Ya la tengo planeado, pero te la explico en el próximo mail que te enviare en un par de días si puedo. Bueno Nuria, te mando una vez más un gran beso, alegre de poderte contar lo que paso, disfruta de la vida huub

Una cosa que te lo cuento ahora, si no quizás lo olvido.
La Toa, para hacer sus cosas es increíble.Por muy bestia que pueda estar la mar, siempre consigue su momento para irse hacia la proa, sus 4 patitas se agarran a la cubierta, parecen de goma y tener su propia vida.
Demientras de que ella se mantiene en posición vertical, sus patitas hacen su baile para conseguirlo.
Le digo que haga en muy mal tiempo sus cosas en la bañera, pero no lo hace.
Hay ratos que le digo que no salga a fuera, pero siempre lo consigue.
Cuando sale de noche ya estoy con mi dedo al g.p.s. Esa tiene una función de que en el acto puedes guardar la posición del momento, pero me hace sufrir con sus cagadas acrobaticas.. Adeu Nuria, intente de enviarte el mesaje antes, pero no salía del memory stick. Ahora si, la primera impresion de la India es superagradable en general, parecen muy simpáticos, al menos aqui en Cochin, hoy he dado una vuelta por mercadillos y calles de tiendas de toda clase con mis amigos finlandeses que han llegado bien, aunque también les tocará reparar cosas.